LO QUE TÚ VES
NO ES LO MISMO...
SÓLO YO ME ENGAÑO IGUAL QUE TU
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Welcome to my Mind
Miles de imágenes que vienen a mi mente, caras desgarradoras, rostros sin rostro. Pasillos oscuros y miradas perdidas de gente siniestra. Hay gente forme y deforme, todos me asustan por igual. Todos me observan de una manera extraña, sus miradas, todas me dan miedo, mucho miedo.
Cada imagen seguido por un flash. Cada flash, junto con un sonido que lo acompaña. Un ensordecedor ruido.
Molesto, abrupto.
Penetrante.
Cada imagen, terrible, cada ruido, desgarrador.
Mi alma se iba haciendo más pequeña, y crecía mi temor.
Por dios, esta sensación de luchar por salir del maldito sueño, que sabés pesadilla, pero igual te da miedo. Te congela y no permite pensar.
Siento que mis músculos desaparecen, no puedo abrir los ojos por más que quiera.
Me encuentro en el centro perfecto: entre la conciencia y la inconciencia. Sabiéndome temerosa, pero completamente incapacitada de despertar.
Maldigo las putas pesadillas.
La luz me calma un poco los nervios.
Logré despertarme al fin.
Cada vez que me pasa esto, que tengo un mal sueño y luego de luchar, logro salir de él, siento que salgo de un coma. Siento que avanzo desde lo profundo de un pozo, veo una luz y me acerco allí. Esa es mi salida. Físicamente siento el mal sueño abandonando mi cuerpo. Como si fuera un demonio, un espíritu endemoniado.
Los más terrible de mis pesadillas no son el contenido en sí de lo que veo. Imágenes espantosas a veces, si. Monstruos, rostros desgarrados por la vida misma, interna y externamente. Antes era la persecución, los precipicios; miedos aterradores que me dejaban congelada, sin reaccionar. Quería luchar contra quien me perseguía, quería volar si me caía, pero no, nunca tenia las fuerzas. En mis sueños mi fuerza, mis músculos, nunca existieron. Yo estaba completamente indefensa. Luchando para salir del sueño, lo lograba y no llegaban a alcanzarme, no me tocaban, no llegaba al piso.
Ahora escucho los flashes, siento como me tocan los espíritus. Lo siento físicamente, lo se. Alguien realmente me presiona la cabeza, lo veo en mis sueños y lo siento en mi piel. Exteriormente. Veo los flashes y los escucho. Mi mente no lo soporta.
Mi alma menos.
Logro despertarme. Profunda lucha para llegar a eso.
Por unos momentos necesito incorporarme, comprobar que mi alma esta en mi cuerpo.
No sin antes prender la luz.
Mi brazo es el único que funciona, el que alcanza la luz, el que ilumina mi cuarto lleno de espíritus y los aleja, los esconde en las sombras.
Solo se ven en la oscuridad. Solo se sienten allí.
La luz los aleja o alejara mi mente de ellos, no lo se.
Mis manos siguen temblando.
Todavía me duele el pecho de la angustia. Esta cerrado, acongojado, presionado de la fuerza que hice para salir por completo del estado de inconciencia hacia el despertar.
De a poco siento la movilidad de vuelta, en mis manos, dedos, pies, piernas, rostro.
Se relajan mis facciones.
Puedo quedarme tan cansada pero con los ojos abiertos y la luz prendida un rato más.
Una niña camina,
Que caos anhela su corazón?
Sus ojos arden en llamas,
Buscando un secreto en su interior.
Tan lejos siente lo que busca,
Y ella sólo ansía llegar...
Un impulso penetra en su cuerpo,
El frío viento la envuelve
Y ella comienza a bailar.
Su cuerpo se mueve lento y eléctrico
Observando las luces al pasar.
No sabe qué sale a buscar,
Sólo se deja arrastrar por la música,
La brisa y algún mar.
Tiene en la mirada algo escondido,
Una sonrisa se quiere ocultar.
Una niña camina,
A qué caos desea llegar?
...
Hoy extrañe tus ojos, tus labios y tu amplia sonrisa.
No se cómo hacerte reír.
No se cómo hacer para llamar la atención de tus pupilas.
Y mientras yo me quedo en una orilla esperando una singular palabra sincera.
Nos diremos adiós
de la misma manera
en que compartimos
un beso sagrado.
No sentimos nada.
No somos nada,
Sólo seres solitarios en este enorme universo.
Lleno de rosas y mariposas
y negras noches de lunas llenas...
Hoy ví caminando por la calle al hombre con la mirada mas triste.
Alto, largo, con rostro tranquilo y ojos solitarios.
Sentí empatía por este hombre triste que caminaba entre el frío como si no existiera, caminaba entre la gente como si nadie estuviera allí. Sólo su soledad y tristeza eran su compañía. Sólo su mente y sus recuerdos, su única alma gemela.
Para él nada del resto existía.
Hoy ví al hombre con la mirada más triste.
LA PIEL ROJA Y DESEPERADA DE TACTO.
INMÓVIL A SUS PIES FRÍOS DE METAL.
ALLÍ SE SIENTA A OBSERVAR DESDE AFUERA DE SU MENTE QUÉ OCURRE DENTRO DE AQUELLA CAJA DE CRISTAL.
SONRÍE, FUMA, SE CALZA, SE DESCALZA,
CAMINA DESNUDA, CAMINA VESTIDA.
SE MECE EN LAS HAMACAS DE TODO EL UNIVERSO...
AQUELLA SONRÍE CUANDO TODOS LA VEN
Y LLORA CUANDO LA DEJAN DE MIRAR...
NO DEJARÁ DE OBSERVAR NUNCA, ENTONCES.
ELLA CON SU PIEL ROJA SE SENTARÁ POR SIEMPRE A OBSERVAR A AQUELLA NIÑA
CUIDARÁ DE ELLA DESDE AFUERA DE LA CAJA DE CRITAL
Me llamas desde aquel rincón oscuro donde el aire es más cálido.
Sonríes hacia mí y yo persigo tu mirada.
En ese ambiente viciado,
Se que tienes el sabor de lo equivocado,
Pero me llamas con calmadas caricias
Buscando mi sonrisa
Que yo te entrego en una caja de metal.
Allí van mis sensaciones para que tu las puedas cuidar.
Te entrego mi alegría, mi pena, diversión y soledad.
Allí te entrego mi alma y me dejo llevar.
Tu canto cuidara de mí y hacia los confines del mundo me llevará...
El cielo se nubla, luego vuelve a salir el sol.
El frío viento recorre mi piel,
Igual que escalofríos mi espalda.
Son fantasmas que acarician mi cuello y me hacen temblar.
Una cama, un cuarto oscuro.
Dos almas que se miran sus cuerpos desnudos.
El viento sopla y hace volar el polen de las flores,
rosas blancas que rodean la cama de los amantes.
Polen entre las hierbas.
Los cuerpos se acuestan sobre las flores, rosas blancas.
Su tacto, su piel, suaves...
Todo en un momento de furia,
Que queda ya en ese pasado,
Se plasma en aquel tiempo
Sin dejar nada alrededor.
Tan presentes allí en ese lecho de hierbas
y de flores, rosas blancas.
Ambas almas han decidido tocarse,
pertenecerse por una noche, esa noche.
Y con el momento del adiós, queda todo ahí,
plasmado en aquel, ya, presente en el pasado.
Para ser un alma solitaria...
Te diviertes mi niña...
Te dejas llevar por la brisa
Que no pone nada en tu camino
Que te deja libre para volar...
Ya no queda nada para decir...
En tus sueños yace la verdad...