Me llamas desde aquel rincón oscuro donde el aire es más cálido.
Sonríes hacia mí y yo persigo tu mirada.
En ese ambiente viciado,
Se que tienes el sabor de lo equivocado,
Pero me llamas con calmadas caricias
Buscando mi sonrisa
Que yo te entrego en una caja de metal.
Allí van mis sensaciones para que tu las puedas cuidar.
Te entrego mi alegría, mi pena, diversión y soledad.
Allí te entrego mi alma y me dejo llevar.
Tu canto cuidara de mí y hacia los confines del mundo me llevará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario