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Los ángeles huyeron del reino de las praderas

para poder tomar el agua del cielo de las estrellas.

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Vieron cómo los árboles se veían cada vez más pequeños y verdes.

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Llegaron a las estrellas y al tomar su agua, se convirtieron en ellas.

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Así quedaron pegadas por siempre en el cielo negro,

brillando para marcar el camino de la eternidad...

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