miércoles, octubre 11, 2006


Solos en el cuarto.
La luz ténue apenas dejaba ver sus rostros.
Se tocaban con la manos, leyendo la expresión de sus caras.
Se alejaron y se contemplaron.
Una mejilla, una mano, un hombro desnudo.
Rodeados por la oscuridad, se escuchaban los latidos de sus corazones.
Su respiración retumbaba en las paredes.
Sentían el calor de sus cuerpos aunque estaban alejados.
Y sin saber cómo, se sintieron tocarse el uno al otro,
silenciosamente en la oscuridad.

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